lunes, 6 de julio de 2015

domingo, 16 de junio de 2013

Histórico: Mendoza será Sede del Mundial de Sommeliers


Albergará este evento en 2016. 

La elección se hizo ayer en Francia y la provincia compitió en la final contra el local, el gran favorito en la previa.

Una vez más Mendoza abrirá sus puertas al mundo como ya lo hace habitualmente con la Vendimia y los acontecimientos deportivos trascendentes. La cita será en 2016, cuando nuestra provincia sea sede del Mundial de Sommeliers, evento que por primera en la historia se desarrollará en nuestro país. 

La gran noticia llegó ayer desde Francia, cuando en la ciudad de Bordeaux, donde se está desarrollando la Vinexpo, la candidatura de Mendoza se impuso en la final a la propuesta de los dueños de casa.

La instancia final de la elección de la sede 2016 realizada durante la Asamblea General de la Association de la Sommellerie Internationale (ASI) fue única e irrepetible, según contaron las autoridades de la Asociación Argentina de Sommelier. Argentina, con su propuesta de Mendoza, compitió con Alemania, Australia, Noruega y Francia, que se sumó en la instancia decisiva. Justamente Francia y Argentina llegaron a la última votación. Fue entonces cuando las chances parecían complicarse para Mendoza porque competía contra el mejor del mundo.

Lo cierto es que fueron 37 votos para nuestra provincia y apenas 7 para los franceses. Según los especialistas en la materia, la combinación de vinos, paisajes, sol y gastronomía de Mendoza, sumado a infraestructura, servicios y conectividad aérea, hizo inclinar la balanza para el lado argentino.

"Cuando nos encontramos con Francia imaginamos un panorama casi imposible, porque competíamos contra el mejor. A pesar de todo, en una votación histórica, ¡logramos la victoria! Esto es único y nos llena de orgullo, satisfacción y, claro, nos compromete para seguir trabajando durísimo en pos de lograr que en Mendoza tengamos el mejor mundial que alguna vez se haya realizado. Se realizará en Mendoza porque esta provincia cuenta con gran infraestructura, es la mayor zona de producción del país y ha sido declarada una de las grandes capitales del vino del mundo", aseguró Andrés Rosberg, presidente de la Asociación Argentina de Sommeliers y de la Alianza Panamericana de Sommeliers. 

La iniciativa de presentar a nuestra provincia como sede se debió también al fuerte apoyo de instituciones como el Fondo Vitivinícola, Wines of Argentina y la Corporación Vitivinícola Argentina, encargado de llevar a cabo el Plan Estratégico Vitivinícola 2020, además de las tareas de impulso realizadas por el Ministerio de Turismo de la provincia.

En ese sentido, el titular de esta cartera, Javier Espina, aseguró: "Venimos trabajando en conjunto todos los sectores desde el año pasado con este objetivo. Más allá de ser sede del evento, un aspecto más que importante en este sentido tiene que ver con la repercusión que tendrá ese encuentro en el mundo. Llegarán algo de 50 delegaciones y esto también tiene que ver con el presente de la Argentina, que ya tuvo representantes en esa disciplina entre los 11 mejores del mundo".

Además, los especialistas locales aseguraron que el momento será especial para mostrar nuestra vitivinicultura y gastronomía a la élite de la sommellerie internacional y también a la prensa especializada, que llegará desde todos los rincones del planeta.

Fuente: 
http://www.losandes.com.ar/notas/2013/6/16/historico-mendoza-sera-sede-mundial-sommeliers-721027.asp

lunes, 3 de junio de 2013

Radiografía del sommelier argentino

La sommelierie argentina vive hoy su mejor momento. Nos adentramos 
de ente mundillo de taste vins y servicio para saber qué está sucediendo


Por Alejandro Iglesias
Dos. Ese era el número de sommeliers en servicio en la ciudad porteña hasta 1999, año en que Marina Beltrame abrió las puertas de la Escuela Argentina de Sommeliers (EAS), primera academia local especializada en esta profesión. Una anécdota de esa época cuenta que la propia Marina debió explicar más de una vez que un sommelier no era un tipo de colchón. Pasaron catorce años y la escena es bien diferente. Hoy a la EAS se sumaron la Escuela Argentina de Vinos y el Centro Argentino de Vinos y Espirituosas (CAVE), además de numerosas instituciones que dictan cursos enfocados a esta profesión. De los dos sommeliers de 1999 se pasó a algo más de mil quinientos. Nada es casual: este crecimiento se apoya en la performance general que vivió la industria del vino argentino en la última década y media, dos fenómenos que se dieron en paralelo y que incluso se alimentaron el uno del otro.
Con este escenario, el rol del sommelier trascendió el salón de los restaurantes para cubrir necesidades dentro de la industria vínica, de los medios especializados, la televisión y hasta de la publicidad. Incluso se permitió la parodia, expresada por Paul, el sommelier de Coca Light. Y esto no se detiene aquí: el fenómeno sigue en plena erupción, con las escuelas con aulas llenas y una importante lista de candidatos en espera por vacantes.
Trabajo para todos
La explicación parece sencilla: siendo la Argentina el quinto productor de vinos del mundo la figura del sommelier era un puesto vacante y necesario en la industria, el de comunicador del vino, sea a los comensales de un restaurante, sea a los compradores de una vinoteca, sea en medios de comunicación. Así, en un principio, abundaron las posibles salidas laborales para los recibidos. En un comienzo el primer destino fueron los restaurantes de mayor prestigio, pero no fueron los únicos. Según dice Andrés Rosberg, presidente de la Asociación Argentina de Sommeliers, “lentamente se vio cierta democratización de la profesión y no solo en los hoteles cinco estrellas encontramos sommeliers sino también en varios restaurantes pequeños, incluso de barrio”.
Con la llegada de estos profesionales a los salones, muchas cosas cambiaron en torno del negocio y del servicio de los vinos. Cambios importantes que hoy damos por hecho pero que, hace muy poco, eran impensables, como pasar del vaso de vidrio a los copones de cristal, o recibir vinos en la mesa a temperatura adecuada. Hoy hay unos cien sommeliers en servicio en restaurantes de todo el país.
La otra gran fuente de trabajo de los sommeliers actuales vino del lado de la propia industria vitivinícola, que los contrató para tareas tan diversas como dar charlas a consumidores, viajar por el mundo explicando el vino a importadores e incluso, en algunas empresas grandes, se los utiliza para cubrir áreas como turismo, márketing, comunicación y comercial. Lo mismo sucede en vinotecas, y también hay un buen grupo de profesionales que apostaron por la independencia, con proyectos propios de asesoría y consultoría.
 Argentina para el mundo
Uno de los fenómenos más interesantes dentro del auge de la sommellerie en Argentina es la proyección internacional de las escuelas locales y sus profesionales. Casi el cuarenta por ciento de los candidatos llegan desde otros países, en su mayoría latinoamericanos, en búsqueda de la calidad educativa de las academias argentinas. Incluso la EAS ya cuenta con sedes en cuatro otros países de América. A esto se suma que son muchos los argentinos que, con el título bajo el brazo, lograron posicionarse en muy buenos establecimientos y empresas del mundo entero: según datos de la Asociación Argentina de Sommeliers, ya son unos treinta los argentinos haciendo patria vinícola fuera de nuestras fronteras. “Los extranjeros que se forman en nuestro país, así como los sommeliers argentinos que trabajan en el exterior, son los mejores embajadores de nuestros vinos”, dice Rosberg y explica: “Estos profesionales conocen en especial nuestros vinos, por lo que a la hora de recomendar eligen marcas nacionales. Francia entendió muy bien esto: por años, la sommellerie mundial estaba dominada por ellos, y era una manera de asegurarse de vender vinos franceses. Por suerte, esto está cambiando”.
Argentina busca así posicionarse como epicentro de la sommelierie en el continente, en un proceso de años que ya logró que nuestro país fuera el encargado de organizar el primer Concurso Panamericano de Sommeliers en 2012, y también que sea un actual candidato para albergar el mundial de 2016. Las posibilidades de lograrlo son muchas, si bien faltan pulir detalles vinculados al apoyo que la industria en general debería asegurar para lograr el objetivo.
Sommellerie y crisis
Hasta ahora venimos contando un cuento de hadas: todo parece brillar en estas páginas gloriosas de la industria nacional. Pero los dos últimos años no fueron los mejores para los sommeliers en materia laboral. Algo que resulta evidente si pensamos que tampoco fueron buenos tiempos para la industria del vino y la gastronómica. Con un mercado internacional cada día más complicado para los vinos locales y un escenario que lleva a los empresarios gastronómicos a afinar cada día más los números, la demanda de profesionales se vio afectada. Sin embargo, muchos demostraron notable creatividad e ingenio para seguir adelante sin colgar el taste vin: algunos impulsan consultorías que permiten a los restaurantes no prescindir del asesoramiento especializado, otros iniciaron agencias de servicios tercerizados para las bodegas, e incluso están los que fundaron distribuidoras de vinos que ya se encuentran entre las más destacadas del ámbito local y hasta se animan a la exportación.
Es cierto: no es un jardín de rosas ni un cuento infantil. Pero aún así, la sommellerie local está en pleno avance, conquistando nuevos logros y puestos en el mundo del vino. Un crecimiento que, por ahora, no conoce de límites.

Fuente:
Wine News. REvista Bacanal 31-5-2013

miércoles, 24 de abril de 2013

Paz Levinson, sommelier de elite

Paz Levinson se ubicó entre las mejores sommeliers del planeta y aquí nos cuenta como fue esta experiencia.


Por Alejandro Iglesias, sommelier*

No hace tanto que la sommellerie es una profesión en nuestro país, de hecho apenas podemos hablar de algo más de una década que se inauguró la primera escuela especializada en formar sommeliers argentinos. Pero junto al auge por los vinos locales esta profesión histórica en Europa no tardó en convertirse en una especialidad en nuestro país. 
 
Sino observemos el caso de Paz Levinson la representante argentina que acaba de ubicarse en el 11vo puesto en el ranking mundial luego de una performance histórica para nuestro país  en el Concurso que elige al Mejor Sommeleir del Planeta.
 
El largo camino del éxito. Para participar del Concurso mejor Sommelier del Mundo Tokio 2013 Paz debió transitar un largo periplo que se inició en 2010 cuando obtuvo el título Mejor Sommelier de la Argentina que otorga el Concurso Vino Argentino un Buen Vino organizado por la Asociación Argentina de Sommeliers. A partir de ese momento ella sabía que tenía asegurada una plaza en el Concurso Mejor Sommelier de las Américas Brasil 2012; pero para saber si participaría del Mundial aún faltaba, ya que sería en aquella segunda competencia donde se definiría al representante argentino para el mundial entre dos concursantes, el mejor del 2010, en este caso Levinson y el de 2012, Agustina de Alba.
Ya en el país carioca ambas representantes argentinas mostraron un nivel superlativo pero fue Paz la que mejor ubicación alcanzó al lograr el cuarto puesto y con este su lugar en el Mundial. No se puede dejar de mencionar que la otra representante argentina ocupo el quinto puesto, solo uno detrás de Paz. 
Con el pasaje al mundial en mano la esperaban meses de mucho trabajo y estudio durante los cuales decidió viajar a Gran Bretaña para realizar una pasantía junto a Gerard Basset, Mejor Sommelier del Mundo 2010, y luego instalarse en Shangai para ocupar el puesto de sommelier en el restaurante del argentino Mauro Colagreco. Dos experiencias que la ayudaron a pulir muchos detalles y llegar preparada para la competencia.
 
Actuación memorable. Ser sommelier por estas latitudes parecía tener sus desventajas si se piensa que en los certámenes internacionales se presentan profesionales con años de trayectoria, con la posibilidad de probar cuanto vino llega al mercado además de viajar por el mundo experimentando las características de todos los terruños del planeta. 
Pero Paz Levinson puso las cosas en su lugar y demostró que difícil e imposible no son sinónimos. Tras una impecable actuación en la primera ronda la argentina ganó un lugar entre los mejores doce de los cincuenta y cuatro participantes, una posición que la incluía en la semifinal, un puesto nunca antes alcanzado por ningún argentino.
 
El gran campeón. Lamentablemente la actuación de Paz llegó hasta las semifinales para quedarse finalmente en el puesto 11vo, un logro que no solo nos enorgullece a sus colegas sino a toda la industria vínica local.
Mientras tanto la gran final tuvo como protagonistas a Paolo Basso de Suiza, Véronique Rivest por Canadá y Aristide Spies de Bélgica. Tres potencias del ámbito. De estos tres fue el italo-suizo quien alzó el preciado trofeo tras tres participaciones anteriores. Como queda demostrado el que persevera triunfa, algo que sin dudas Paz tiene claro y muchos sabemos que lo demostrará en futuras ediciones.
 
En primera persona. Durante las últimas semanas Paz se convirtió en una de las personas más buscadas por la prensa local y la industria para felicitarla y tener su testimonio, como no podía ser de otro modo nos sumamos tanto para felicitarla como para pedirle que nos cuente su experiencia en el certamen y esto fue lo que nos dijo.
 
¿Cómo te iniciaste en la sommellerie?
 
Me decidí trabajando. Estudiando literatura tuve que buscar un trabajo para complementar mis ingresos y trabajé en varios restaurantes hasta que empecé en Restó. Ahí se me abrió un mundo de posibilidades y María Barrutia y Federico Lleonart me guiaron, enseñaron y alentaron a estudiar sommellerie mientras desde la cocina también Guido Tassi, chef de Restó, se ocupaba que sepamos todo de productos y platos. Fue así que cursé en CAVE, al mismo tiempo que trabajaba 7 turnos a la semana y que cursaba materias en la UBA. ¡No paraba un minuto! Empecé de comis, luego fui camarera y terminé como sommelier y Maître así que aprendí de todo. Por otro lado la docencia siempre me gustó así que ya llevo cinco años ejerciéndola mientras también escribo para diferentes medios.
 
¿Cómo fueron las pruebas del mundial y cuál te resultó más difícil o curiosa?
 
Primero tuvimos una prueba escrita de teoría, cata escrita de dos vinos y tres destilados mas un ejercicio práctico de servicio de vino en la primera etapa. Luego en la Semifinal fue un examen de 35 minutos, cata oral de dos vinos y tres destilados frente a 500 personas, maridaje y servicio. 
¡Todas las pruebas son difíciles y a veces lo fácil uno lo complica y lo hace difícil! La más curiosa era hablar de la nueva cosecha de Moet & Chandon pero había una frapera con 4 botellas del 2002, yo busqué y busqué la 2004 y no la encontré, como sólo teníamos 2 minutos terminé hablando del vino en general y de la 2002. La prueba era un poco engañosa porque estaban las botellas ahí, pero bueno, a casi todos los candidatos les pasó lo mismo y pocos hablaron de la 2004!
 
¿Cómo te sentiste durante el certamen?
 
Me sentí bien y muy contenta de que el momento había llegado. Lo disfruté mucho, me encantan las pruebas y los exámenes. Siempre hay una mezcla de nervios e incertidumbre pero uno aprende muchísimo de estas pruebas. Creo que la pasé mejor porque me preparé para eso. Si me hubiera relajado antes del Concurso no hubiera podido disfrutar tanto ni llegar a la semifinal. 
 
¿Imaginabas llegar a la semifinal?
 
Era un deseo y pensé que era posible, pero uno nunca sabe qué puede pasar en los Concursos. A veces uno no se siente al 100 % o comete algunos errores que resultan tontos, o también depende mucho de los otros concursantes. Sabía que podía llegar pero después hay muchas variables que entran en juego.
 
¿Qué impresión te queda del nivel que tenemos en Argentina en comparación con quienes conociste durante la competencia?
 
Habían candidatos de más de cincuenta países y no tuve la oportunidad de hablar con todos. Independientemente de eso creo que en Argentina tenemos un nivel alto, como quedó demostrado por el ranking, aunque tenemos que seguir trabajando. Es importante, tanto a nivel personal como a nivel de la Asociación Argentina de Sommeliers –que es una asociación civil sin fines de lucro y no cuenta todavía con la infraestructura necesaria para competir con la elite de las asociaciones de sommeliers del mundo–, contar con el apoyo de empresas del sector e instituciones relacionadas con el vino, el turismo, la promoción de la marca país, etc. Tuve la suerte de que la AAS, una empresa y un amigo de la industria vitivinícola se sumaron con dinero y pasajes para cubrir necesidades básicas para viajar a UK y probar vinos. El resto, por ahora, lo vengo financiando con la ayuda de mi familia, trabajos previos y actuales en China. La mayor parte de los sommeliers semifinalistas cuentan con entrenadores, asistentes, e infinidad de vinos y productos para degustar permanentemente a su alcance. Tenemos el potencial para seguir mejorando, pero es necesario que nosotros –los sommeliers y la AAS–, y el sector vitivinícola nos fijemos objetivos comunes y trabajemos de manera articulada para lograrlos.
 
¿Qué podes contarnos de tu experiencia en Londres con Basset y actualmente en Shanghai?
 
Dos situaciones muy diferentes y contrastantes. TerraVina queda a unos 200 kilómetros de la gran urbe, cerca de Southampton. La locación es en New Forest, en medio del bosque. El restaurant tiene una carta increíble, están todas las apelaciones y pequeños lugares que estudié. Pude probar mucho y también hubo mucho trabajo, largas horas de servicio que disfrutaba mucho. Gerard Basset es una gran persona y gran personalidad del vino. En Brasil, por mi desempeño en el concurso de Américas, me sugirió que fuera a hacer una pasantía a New Forest. Él viaja mucho pero entre viaje y viaje siempre tenía un momento donde estaba dispuesto a contestar preguntas y había que aprovechar mucho esos momentos. Tuve oportunidad de compartir servicios con la Master Sommelier Laura Rhys, que visitó Argentina en el último Argentina Wine Awards, con Tanguy Martin que es un joven francés que hace tiempo trabaja con Gerard y entrena para competencias y con Ana Terol que esta haciendo el WSET Diploma, por lo tanto el ambiente de estudio era bienvenido y las ganas de responder a mis preguntas o de intercambiar opiniones también. 
En Shanghai el mercado está creciendo rapidísimo y así crece la energía que ponen en aprender de vino. Son esponjas y no me sorprendería que en el próximo concurso haya un candidato fuerte de China continental. Todas las bodegas quieren estar ahí. En Colagreco, un restaurant fantástico e increíble estéticamente, me recibieron muy contentos y todos los camareros curiosos y con ganas de aprender inglés y sobre vinos. Los vendedores de vinos me invitaron a muchas degustaciones y probaba vino casi a diario. En Colagreco reformulé la carta de vinos completamente, sugerí estructura nueva y productos. Creo que ya es la carta con mayor cantidad de vinos argentinos en China. Así que fue una alegría muy grande probar vinos de afuera pero también vender Vino Argentino. Shanghai es una ciudad enorme, llena de gente, luces, edificios altos, una de las grandes ciudades del mundo donde todo esta sucediendo y por suceder.
 
¿Cómo sigue tu carrera ahora?
 
Mis pilares son el servicio, la docencia y la escritura, la comunicación. Pienso seguir por ese camino ya que me apasionan las tres actividades y es lo que vengo haciendo hace años. También me gustó mucho hacer un vino con Matías Michelini y me dan ganas de seguir, me gusta la viticultura y la enología de cerca, no sólo de los libros. Terminó la etapa de Nectarine para todos, fue un lugar que me permitió viajar, estudiar y estar en contacto con grandes vinos y clientes. Pasé tres años donde aprendí mucho. Estoy evaluando proyectos interesantes en Argentina, siempre en relación a vinos argentinos y de afuera, el servicio, el contacto con el cliente y la comunicación. La docencia la ejerzo en CAVE y estaré ahí nuevamente a partir de Julio. 
 
*miembro de la Asociación Argentina de Sommeliers (www.aasommeliers.com.ar)